“Prefieron no hacer nada y ser feliz, a hacer algo que no me apasiona”.

Seguir tu pasión es un tema popular en los discursos de graduación. Me he sentado a través de mi parte justa, tanto como estudiante y profesor.
Apostaría a que al menos la mitad de todos los oradores, tal vez más, subrayan la importancia de hacer algo que amas. Seguir tu pasión no fue el mensaje que escuché al crecer. En cambio, me dijeron que las realidades prácticas de sobrevivir “en el mundo real” eran mucho más importantes que cualquier persona joven que viviera una “vida protegida” como la que podía imaginar.
Se me advirtió que los sueños demasiado idealistas de “encontrar algo que amaba” podrían, de hecho, ser un camino de escollo hacia la pobreza y la decepción.
¿Qué tan ridículo es aconsejar a los jóvenes que salgan y hagan lo que aman?
En la última década, más o menos, los científicos que estudian intereses han…
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