La digitalización se ha convertido en un proceso tecnológico que está
impactando fuertemente los servicios financieros, desde la experiencia
del cliente hasta la eficiencia operativa; de los medios de pago a la
gestión de créditos, seguros e inversiones, siendo impulsado por dos
factores clave: las preferencias de los nuevos usuarios, quienes esperan
un servicio digital omnicanal, y la competencia de las entidades del
mercado que identifican la disrupción online como un diferenciador de alto valor, de acuerdo con la investigación “Digital Banking Maturity” de la firma consultora Deloitte.
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